ENTIENDA LAS CAUSAS

Cuando un niño exhibe un comportamiento preocupante, es importante entender la causa subyacente del comportamiento. Algunos de los más comunes son:

Retrasos de lenguaje—Niños con retrasos de lenguaje tal vez no siempre entiendan lo que se les está diciendo o preguntando. También les puede hacer falta el lenguaje para decir, de manera clara, lo que quieren o necesitan. Un mal comportamiento o un berrinche es una manera de captar la atención. Usualmente, es la única manera en que algunos niños sienten que pueden expresar sus sentimientos. Con tiempo y paciencia, usted puede ayudarlos a aprender maneras más apropiadas para comunicarse.

Trastornos sensoriales—Trastornos de procesamiento o integración sensorial también puede ser la causa principal de los problemas de comportamiento. Esto es, usualmente, una reacción a la hipersensibilidad de sonidos, texturas, olores o luces. Busca signos de una sobrecarga sensorial, como cubrirse los ojos, movimientos bruscos con la cabeza y sensibilidad inusual a los sonidos. El niño podría sentirse desorientado, estresado y abrumado, repentinamente y de manera impredecible.

Centros comerciales, súpermercados, parques o restaurantes—cualquier lugar con mucha gente, actividad y sonido—pueden incrementar las posibilidades de una sobrecarga sensorial. Las vistas y los sonidos usualmente se amplifican en estas áreas. Aun si parece un lugar normal para nosotros, para un niño con discapacidad puede ser desagradable o hasta aterrador.

Cambios en la rutina—Muchos niños con discapacidad necesitan monotonía en la rutina. Cuando se cambia la rutina de un niño, este cambio puede aumentar la ansiedad y la frustración. Así que puede resultar en un aumento en los comportamientos inapropiados.

ESTRATEGIAS ANTES DE UNA ACTIVIDAD O UN VIAJE

Establezca expectativas—Hable con su niño acerca del comportamiento que se espera en el lugar al que van. Por ejemplo, el comportamiento que se espera en el supermercado es muy diferente al comportamiento que se espera en la casa de la abuela. Explíquele o muéstrele fotos del comportamiento que usted espera en el lugar al que van, así como el comportamiento inapropiado o no permitido.

Lleve herramientas sensoriales—Estos cosas que pueden ayudar a calmar a su niño. Estas herramientas pueden ser juguetes para mantenerlo ocupado, gel para lavar las manos, juegos portátiles, libros táctiles o cobijas. A algunos niños también les gusta utilizar audífonos para bloquear los sonidos muy fuertes o lentes oscuros para oscurecer las luces brillantes.

Prepárase para lo inesperado—Tenga un plan para lo que va a hacer si se estalla un neumático o se atascan en el tráfico. En su coche, manténga una bolsa de “cosas especiales de emergencia”, que sólo saca para las situaciones de estrés más extremas. Mántengalo en la guantera del coche. Empareje estos artículos con una historia sencilla sobre “Cuando las cosas cambian” o “Momentos ¡Oh, no!”

Enséñele una frase o señal de seguridad—Muéstrele a su niño una manera de comunicar que las cosas no están bien. Esto puede ser una frase, “Necesito un descanso” o una ilustración o señal con la mano que simbolice la necesidad de un descanso.

Explíquele lo que va a pasar cuando—Antes de hacer mandados, explícale el orden de eventos. Por ejemplo, “Primero vamos a ir al súpermercado, luego iremos al parque. Después de ir al parque, compraremos helado. Después del helado, iremos a casa.” Hágalo sencillo y al nivel de un niño.

Tenga una estrategia de salida—Conozca las señales que significan ¡“Tengo que irme ahora”! Conozca donde están las salidas. Entienda cuando será mejor para su niño trasladarse a un lugar más seguro de inmediato y cuando será mejor dejarlo “sentarse y esperar” a que se calme.

ESTRATEGIAS DURANTE UNA ACTIVIDAD O UN VIAJE

Respire profundamente—Puede manejar mejor cualquier situación cuando usted esté calmado. Su niño también percibirá esa calma y, posiblemente, no estará tan asustado o enojado.

Sea más visual y menos verbal—Cuando su niño empieza a tener un problema en público, él está usando la “parte emocional” de su cerebro. Su habilidad para entender lenguaje verbal se limita, y hablar puede verse como ruido extra durante la crisis. Dele órdenes sencillas únicamente, como “levántate” o “toma mi mano”. Si anda de compras, deja que su niño vea la lista de compras para que pueda ver fácilmente cuanto le falta para terminar. (Utilice ilustraciones para hacer la lista, si es posible). Considere agregar un obsequio al final de la lista.

Tome acción para volver a la calma—Saque el kit sensorial, ilustraciones y libros visuales, o cualquier cosa que sepa que le devolverá la calma a su niño.

Verifique con su niñoPregunta periódicamente, “¿Necesitas un descanso?” Refuerce la posibilidad de que su niño exprese sus necesidades.

Refuerce el orden de eventos—Háblele sobre la secuencia a través de la actividad para que su niño vea que las cosas suceden en el orden que las describió. Su niño podría empezar a repetir la secuencia para sí mismo, lo que puede ayudarle a mantenerse en calma.

Implemente su estrategia de salida—Mantenga la calma y recuerde que es más fácil para usted y su niño si reconoce las señales tempranas de estrés o sobrecarga. Podría ser tentador apurarse y terminar la actividad, pero eso puede causar que el mal comportamiento escale. Uste empezará a reconocer las pistas que significan “es tiempo de terminar la actividad y pasar a un ambiente más tranquilo”.

ESTRATEGIAS DESPUÉS DE UNA ACTIVIDAD O UN VIAJE

Refuerce lo positivo—Deje que su niño sepa que usted fue capaz de ver hasta el más pequeño éxito en su auto-control. Por ejemplo, puede decir algo como esto, “Sé que el súpermercado era muy ruidoso, pero me alegré mucho cuando utilizaste tus palabras para hacerme saber que el sonido te estaba molestando”. Reforzar estos éxitos le ayudará a su niño a comportarse apropiadamente la próxima vez que estén en la misma situación.

Repasa sus expectativas y los momentos donde su niño tuvo dificultades—Pero, definitivamente, siga hablando de lo bueno que hizo tu hijo. Modele y practique las habilidades que son más difíciles para su niño.

Repase su horario—¿Fue muy extenso? ¿Tenía mucho qué hacer?

Refuerce el uso de la comunicación—Felicite a su niño porque usó la señal o la frase de seguridad. “Fue muy bueno que me mostraste que necesitabas irte, porque de otra manera no me hubiera dado cuenta”.

Refuerce el comportamiento positivo—Hable de la actividad y ofrezca retroalimentación positiva cada vez que pueda. Esto puede ser sobre como su niño recordó el orden de los eventos o como dominó y manejó su comportamiento.

Repasa sus estrategias de salida—Intente revisar lo que estaba pasando cuando notó que su niño estaba pasándola mal. ¿Fue cuando el parque se llenó de gente? ¿Fue cuando empezó a cansarse? ¿Fue cuando el ambiente se volvió más estimulante? Si puede empezar a reconocer estas señales tempranas, usted y su niño tendrán más éxito retirándose o re-direccionando su atención antes de que un episodio de mal comportamiento suceda.

Algunas partes de este artículo fueron adaptadas del National Dissemination Center for Children with Disabilities (NICHCY).