Ayudar a nuestros niños con discapacidades a hacer amigos puede ser más difícil de lo que nos gustaría. A veces, otras madres no entienden las necesidades de nuestros niños, por lo cual es difícil para ellos ayudar a sus niños a ser amigos con nuestros hijos. Y muchos de los problemas de comportamiento, sensoriales, médicos o de otro tipo que enfrentan nuestros hijos pueden ser difíciles para que ellos hagan y mantengan amigos. Pero como todos los niños, los niños con discapacidades necesitan amistades con sus compañeros. Y como dice el viejo refrán, las amistades vienen en todas formas y tamaños.

Usted puede estar diciendo: "Yo sé que mi niño necesita amigos, pero ¿cómo puedo superar todas los obstáculos”? Espero que al compartir algunas de las experiencias que mi hija y yo hemos tenido, verá que los obstáculos se pueden superar. No siempre es fácil, pero vale mucho la pena.

CONSEJOS E IDEAS PARA HACER CITAS DE JUEGO

Si su niño necesita estar en el ambiente del hogar, debido a problemas médicos o de salud, trate de encontrar un amigo que pueda venir a su casa a una cita de juego. Después de todo, al igual que todos los niños no son iguales, todas las citas de juego no son las mismas.

Una manera de lidiar con problemas sensoriales durante una cita de juego es elegir un lugar tranquilo y tiempo apropiado, como ir a un parque cuando haya menos gente. Para ayudar con alguna limitación física, trate de encontrar un parque o patio de recreo accesible en su vecindario.

Para ayudar a evitar problemas de comportamiento, haga la cita de juego cuando usted sabe que su niño no va a estar cansado o va a tener hambre. No tomar la siesta o almorzar durante una cita de juego puede ser difícil de manejar para algunos niños con discapacidades.

Yo seré la primera en admitir que tomó tiempo. Recuerdo un par de citas de juego donde tuve ganas de arrancarme el pelo mientras mi hija gritaba cada vez que el otro niño trataba de jugar con uno de sus juguetes. Pero poco a poco fue capaz de jugar lado a lado con los amigos que venían a casa.

Esto lo logramos poco a poco a través del juego estructurado. La otra madre y yo nos sentábamos y jugábamos con los pequeños, así podíamos redirigir su atención y ayudarlos con cualquier problema social.

También siempre traté de preparar a mi hija para la cita de juegos. Hablábamos de quién iba a venir o con quién nos íbamos a encontrar y hablábamos de lo que íbamos a hacer en la cita de juego.

Vea también en este sitio Hacer citas de juego para su niño.

MAMÁ Y YO Y OTROS GRUPOS DE PADRES

Si su niño todavía es un bebé, investigue clases de Mommy and Me (Mamá y yo). Tanto usted como su niño conocerán a nuevas personas y esas relaciones pueden durar a través de los años preescolares y más allá.

Mi hija y yo empezamos a asistir a una clase de música de Mamá y Yo. El primer semestre se sentó en mi regazo todo el tiempo sólo mirando a los otros niños. Ella no podía cantar, pero podía oír y sentir la música. Después probamos una clase de danza de Mamá y Yo. ¿Podía bailar? ¡No! Pero podía sentarse en mi regazo y me dejaba mecerla con la música o la tenía en mis brazos mientras "bailamos" alrededor del cuarto. Ella estaba participando a su manera, mientras estaba en un ambiente social con sus compañeros, observando y aprendiendo.

Con un poco de búsqueda en el Internet, es probable que usted pueda encontrar otros tipos de grupos de padres en su área. Mientras usted y otros padres se sientan y se conocen, los niños pueden disfrutar de las vistas y sonidos de un nuevo ambiente.

Una de las primeras cosas que usted puede hacer es buscar por su área grupos de juego de la edad de su niño.

Visite su centro de recreación local o el YMCA para encontrar las clases. Si no le da la oportunidad a su niño, usted nunca sabrá que tan bien podrá hacer amigos.

REFLEXIONES FINALES Y CONSEJOS

No haga excusas. Yo era famosa para hacer excusas acerca de por qué mi hija y yo no podíamos participar en las actividades. Pero rápidamente me di cuenta cuando ni mi hija ni yo teníamos amigos, era muy aburrido y muy aislado para las dos.

No me malinterpreten, no fue todo arco iris y sonrisas. Hubo momentos en los que llegábamos al parque para conocer a otros niños y mi hija se enfermaba antes de que pudiéramos salir del coche. ¿Es frustrante tener que irse cinco minutos después de llegar para una salida en la que ha pasado mucho tiempo planeando? Al principio, puede asegurarse que sí lo es. Pero cualquier padre de un niño con una discapacidad le dirá, la experiencia le enseña a ser flexible y hacer frente a lo que venga.